Desde que el pasado 23 de junio se diese a conocer el RDL 23/2020 con el objetivo de frenar la especulación en los puntos de conexión, los proyectos de renovables se ven obligados a tener acordado el terreno donde quieren instalar sus proyectos. Eso ha hecho que inmediatamente la burbuja se traslade al suelo y sean los propietarios de los terrenos donde se quiere construir que suban los precios tanto del alquiler como la compra de los mismos.
Y se ha llegado a tal punto que el alquiler de un terreno cueste al menos unos 2.100-2.200 € por hectárea al año, más que incluso que lo se paga por el cultivo del olivo intensivo que tiene un coste de 2.000 €/Ha/año, según indican fuentes del sector a El Periódico de la Energía. Es decir que a día hoy es más caro alquilar terreno para renovables que para cultivar olivos. Pero también se podría interpretar como que la fotovoltaica es más rentable que hacer aceite en España.
El boom de precios en los terrenos para renovables se ha extendido por toda la piel de toro. Es tal la fiebre por el kWh verde en España que todo el mundo está buscando terrenos como si no hubiera un mañana. Incluso el alquiler o la compra de estos terrenos a veces se convierte en una especie de subasta con varios desarrolladores que pujan por hacerse por x hectáreas.
Los precios se han disparado tanto que ahora los desarrolladores prefieren casi comprar que alquilar el terreno porque conlleva un ahorro significativo. Pero tiene un problema, que no todo el mundo puede hacer el pago de una única vez y a la hora de buscar la financiación es mejor tener un coste de alquiler al año y así el PPA es más fácil de ajustar.
Pero es que ahora mismo, hay desarrolladores que ofrecen 36.000-40.000 euros por hectárea para comprar. Es decir que si adquieres unas 100 hectáreas (probablemente más) para instalar una planta fotovoltaica de 50 MW, el coste sería de 3,6 millones. Sin embargo, si se prefiere alquilar, una planta del mismo tamaño costaría casi el doble si se tiene en cuenta que el proyecto y el contrato del alquiler es de una duración de 30 años. A 2.100 euros por hectárea y año sale un coste total superior a los 6 millones de euros.
A estos precios es difícil resistirse para los propietarios de los terrenos y más en estos momentos de incertidumbre económica. A pesar de ello, fuentes del mercado, señalan que están apretando a los desarrolladores más que nunca. La lucha por cada hectárea está siendo feroz. El tiempo se acaba. Negociar a contrarreloj tiene el hándicap de tener que pagar a veces precios fuera de mercado, pero al fin y al cabo ese coste no va a ser tal para el desarrollador, ya que lo incluirá en el precio de venta de la energía, ya sea a través de PPA o a la hora de recuperar el dinero a través del mercado eléctrico.
Al final, es el consumidor el que acabará pagando todo esto. Teniendo en cuenta que al principio de la pandemia el alquiler se podría encontrar en el entorno de los 1.500 €/Ha/año y ahora supere los 2.000 € como mínimo hace que el coste de la fotovoltaica siga siendo más caro de lo debido.
Es lo que tiene tener ya 128 GW, unos 100 GW de fotovoltaica, con el punto de acceso ya concedido, que la instalación de renovables en España se ha convertido en una batalla para ver quién lo hace antes. «Es la guerra», aseguran fuentes del mercado.