En un revés para las ambiciones renovables de España, la patronal eólica europea WindEurope ha proyectado en su informe anual de estadísticas y perspectivas que el país solo logrará instalar alrededor de 16 gigavatios (GW) de nueva capacidad eólica terrestre para 2030, junto con apenas 1 GW de energía eólica marina flotante. Estas cifras, si bien significativas, palidecen en comparación con las expectativas iniciales y plantean un desafío considerable para alcanzar los objetivos de energía limpia del país.
Con la noticia, España se enfrenta a quedar rezagada en su objetivo de convertirse en uno de los principales actores en el campo de las energías renovables en Europa. A pesar de las proyecciones alentadoras que situaban a España como el segundo mercado de energía eólica más grande de la Unión Europea después de Alemania, parece que los obstáculos regulatorios y operativos están frenando el progreso.
Se esperaba que España, con su abundante recurso eólico y un compromiso declarado con la transición hacia energías más limpias, liderara la carga en la expansión de la energía eólica. Sin embargo, la realidad pinta un panorama más desafiante. Los problemas en el proceso de concesión de permisos, las diferencias regionales en la aprobación de proyectos y los desafíos en la red de transmisión han surgido como obstáculos significativos.
Un punto crítico resalta en las dificultades experimentadas en regiones como Galicia, donde los procesos judiciales locales han paralizado completamente las obras de parques eólicos. Esta disparidad en los procedimientos regulatorios entre regiones complica aún más el panorama de desarrollo de energía renovable en el país.
Además, la infraestructura de red presenta su propio conjunto de desafíos, con riesgos de congestión y la falta de nuevos puntos de acceso y conexiones. Estos problemas plantean serias preocupaciones sobre la capacidad de España para absorber la nueva capacidad eólica y aprovechar su potencial completo.
El gobierno español ha fijado un objetivo ambicioso de 59 GW de energía eólica terrestre para 2030, pero las proyecciones actuales sugieren que es poco probable que se alcance esta meta. Se estima que la capacidad instalada en tierra solo alcanzará los 40 GW para ese año, lo que significa que será necesario un esfuerzo considerable para cerrar la brecha entre las expectativas y la realidad.
A esto se suma que España instaló un total de 764 megavatios (MW), todos ellos en tierra, menos un aerogenerador flotante de 2 MW, parte de un proyecto piloto. Esta cifra supone menos de la mitad de la capacidad instalada en 2022, que fue de 1,7 GW.
En lo que respecta a la eólica marina, el equipo de Teresa Ribera estimó que para 2030 se alcanzarán 3 GW de esta tecnología. Además, en un intento por impulsar el desarrollo de la energía eólica marina, el gobierno ha programado las primeras subastas para 2024 —de 300 MW— y 2025. Sin embargo, incluso estas medidas pueden no ser suficientes para compensar las deficiencias en el sector y es por eso por lo que WindEurope estima que sólo de eólica marina se alcanzará el total de 1 GW.
En el caso de los objetivos europeos y al contrario de lo que ocurre a nivel nacional, las estadísticas anuales y perspectivas a siete años que publica WindEurope muestran que el objetivo de energía eólica de la UE para 2030 es alcanzable. Esto se debe principalmente a la mejora en la obtención de permisos y al repunte de las inversiones.
La Unión Europea instaló una cantidad récord de 16,2 GW de nueva capacidad de energía eólica en 2023. El 79% de esa cifra fue eólica terrestre. Y más de 1 GW procedió de la repotenciación de viejas turbinas. Alemania fue el país que más capacidad nueva instaló, seguida de los Países Bajos y Suecia.
Asimismo, en 2023 también se produjo un giro político importante con el Paquete Eólico de la UE, que 26 Gobiernos refrendaron después en la Carta Eólica Europea.
Fuente: elperiodicodelaenergía.com