Hasta ahora han sido avisos, declaraciones de ministros o incluso presidentes de gobiernos, advirtiendo de un más que posible corte del suministro de gas por parte de Rusia. Pero Europa le está viendo las orejas al lobo.
Aunque Rusia ha aguantado por propio interés el suministro durante prácticamente toda la guerra, los continuos cortes de suministro de gas a distintos socios europeos ha encendido las alarmas en el seno del Viejo Continente.
Todos los países ya están trabajando desde hace días en un plan general que afronte un posible corte de suministro de gas por parte de Rusia. Se trata de un plan que se rige por el principio de solidaridad en el que cada Estado Miembro dará cuenta de sus infraestructuras, sus actuales usos, para ver cómo poder ayudar a aquellos países socios que se vean más afectados por el corte.
En el caso de España, posee el 25% de la capacidad de regasificación de toda la UE y aunque ahora las regasificadoras están trabajando a buen ritmo, aún existe cierta capacidad para que otros países miembro alquilen estas infraestructuras para su uso y poder traerse buques de GNL a Europa.
El problema de España es su escasa capacidad de interconexión con el resto de Europa. Un gasoducto por Francia, VIP Pirineos, es el único que existe en estos momentos. Desde que se iniciara la guerra no ha parado de exportar gas hacia Francia para ayudar en lo máximo posible a llenar los almacenamientos de gas por todo el continente.
Pero habrá máxima cooperación entre todos los estados miembro.
Aun así, es más que probable que no se consiga traer a Europa el gas necesario en caso de corte de Gazprom. Por tanto es más que previsible que dependiendo del grado de afectación, se llevarán a cabo una serie de medidas que irán enfocadas hacia el ahorro energético.
Desde que algunos consumidores dejen de consumir hasta medidas eficaces que puedan afrontar los ciudadanos en sus hogares como subir los grados del aire acondicionado, usar más transporte público, cualquier cosa para consumir menos energía.
A todo ello, un corte de suministro supondría un vuelco total en los principales mercados de gas, ya no solo europeos sino prácticamente de todo el mundo. Pero se podrían ver precios disparados bastante por encima de los 200 €/MWh.
De momento, el mercado, a pesar de las continuas malas noticias, se mantiene con unos precios que rondan los 160-170 €/MWh.
Este lunes inició Gazprom las labores de mantenimiento del gasoducto Nord Stream. En principio está anunciado que alcanzarán hasta el próximo día 21.
Pero si finalmente Rusia incumple su palabra, Europa actuará rápido. El próximo 26 de julio se reuniría el Consejo Europeo de Ministros de la Energía en el que se aprobaría el plan para hacer frente al corte de suministro de gas.
El objetivo es alcanzar también un 80% de gas almacenado para el próximo otoño que dé las suficientes garantías para que ningún país europeo sufra durante el próximo invierno.
En definitiva, Europa vela armas y se pone en el peor de los escenarios, que el Kremlin quiera cortar el suministro de gas. Tic-tac, comienza la cuenta atrás.
Fuente: elperiodicodelaenergia.com